La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos ha propuesto que la futura PAC aborde una verdadera regulación del mercado agroalimentario para evitar crisis en los sectores agrarios y abusos que afectan a los consumidores. “Con las cosas de comer no se juega, pero todos sabemos que a los mercados, si se les deja, juegan con todo”, han señalado desde la organización de agricultores, que defiende excepciones a la normativa de competencia, el fomento de las cooperativas y el refuerzo del eslabón más débil –los productores- a la hora de negociar contratos.
Los arbustos forrajeros son un comodín que se utiliza para suplir la escasez de forraje en determinadas épocas del año, fundamentalmente verano e invierno. Su larga permanencia en campo, que llega a superar los 20 años, su tolerancia a la sequía y la incapacidad del animal para consumir las partes leñosas, facilitan su persistencia, haciendo del arbusto un recurso forrajero barato para los secanos de Aragón.
Los más adecuados por su tolerancia al frío y productividad son Atriplex halimus y A. nummularia. El primero es más rústico y tolerante al frío, por lo que se recomienda para la mayor parte de los secanos, por debajo de 600 m de altitud; el segundo es de mejor calidad, pero menos rústico y tolerante al frío, por lo que debería plantarse en los secanos menos fríos del Bajo Aragón.
La plantación se realiza en otoño. Previamente, con cuatro o cinco meses de antelación, se obtienen los plantones en vivero, en 8. macetas para trasplante o en cajoneras para plantación a raíz desnuda, a de razón 1250 a 2500 plantas/ha. La producción de forraje ramoneable puede oscilar entre 1000 y 5000 kg/ha de materia seca, en función de las precipitaciones y de la fertilidad del suelo. El forraje tiene bajo valor nutritivo y alto contenido en sales, por lo que debe considerarse sólo como un alimento para suplir periodos de escasez de otros recursos. El ganado precisa consumir elevadas cantidades de agua para eliminar el exceso de sales.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos ha propuesto que la futura PAC aborde una verdadera regulación del mercado agroalimentario para evitar crisis en los sectores agrarios y abusos que afectan a los consumidores. “Con las cosas de comer no se juega, pero todos sabemos que a los mercados, si se les deja, juegan con todo”, han señalado desde la organización de agricultores, que defiende excepciones a la normativa de competencia, el fomento de las cooperativas y el refuerzo del eslabón más débil –los productores- a la hora de negociar contratos.