Una nueva tecnología israelí puede procesar desechos de viñedos, de prensas de aceite de oliva y de desperdicios de fábricas de queso, produciendo biogás y agua limpia para la irrigación. Desarrollada por la empresa de agua israelí Peleg Hagalil y el Centro de Tecnología de Galilea (Migal).
Una nueva tecnología israelí puede procesar desechos de viñedos, de prensas de aceite de oliva y de desperdicios de fábricas de queso, produciendo biogás y agua limpia para la irrigación. Desarrollada por la empresa de agua israelí Peleg Hagalil y el Centro de Tecnología de Galilea (Migal).