Frente a las almohadillas tradicionales de plásticos, las desarrolladas por el grupo Biopren de la Universidad de Córdoba, en fase de ensayo, previenen la oxidación de la carne y favorecen la economía circular al aprovechar residuos orgánicos. Tienen una forma similar a los discos desmaquillantes y están compuestas de tres elementos básicos: la base está formada de quitosano, un polímero que proviene de cáscaras de crustáceos; y también contiene nanocelulosa y aceite esencial de laurel que se encargan, respectivamente, de hacer la almohadilla más rígida y más resistente, y de retrasar la oxidación de la carne.
Frente a las almohadillas tradicionales de plásticos, las desarrolladas por el grupo Biopren de la Universidad de Córdoba, en fase de ensayo, previenen la oxidación de la carne y favorecen la economía circular al aprovechar residuos orgánicos. Tienen una forma similar a los discos desmaquillantes y están compuestas de tres elementos básicos: la base está formada de quitosano, un polímero que proviene de cáscaras de crustáceos; y también contiene nanocelulosa y aceite esencial de laurel que se encargan, respectivamente, de hacer la almohadilla más rígida y más resistente, y de retrasar la oxidación de la carne.