La inmovilización de cerca de cien toneladas de productos cárnicos, en su mayoría jamones en mal estado, almacenados en dos naves de una empresa ilegal en el municipio valenciano de Alzira puede ser solo la punta del iceberg, ya que detrás de esta operación podría haber una trama compuesta por 30 empresarios en media España.
La UE exigirá a las empresas alimentarias la reducción de los niveles de acrilamida a partir de abril de 2018.
La acrilamida se forma al hornear, freír o tostar alimentos como el pan, patatas, cereales, bollería o café a altas temperaturas.
La inmovilización de cerca de cien toneladas de productos cárnicos, en su mayoría jamones en mal estado, almacenados en dos naves de una empresa ilegal en el municipio valenciano de Alzira puede ser solo la punta del iceberg, ya que detrás de esta operación podría haber una trama compuesta por 30 empresarios en media España.