Según una evaluación actualizada del dióxido de azufre (E220) y de los sulfitos (E221-228) realizada por los expertos de la EFSA, la ingesta alimentaria de sulfitos podría suponer un problema de seguridad para quienes consumen gran cantidad de alimentos que contienen estos aditivos. La falta de información relativa a la toxicidad ha hecho que no se hayan podido confirmar los efectos nocivos para la salud.
Un nuevo proyecto español de investigación llevado a cabo por el IRIAF y financiado por Carburos Metálicos, ha estudiado durante tres vendimias consecutivas la posibilidad de reducir parcial o totalmente el uso de sulfitos en la elaboración y conservación de los vinos blancos, mediante la saturación prefermentativa de los mostos con CO2.
Un equipo del IFAPA ha descubierto la dosis óptima de un subproducto obtenido de la madera de poda de la viña que puede sustituir al dióxido de azufre en la elaboración y conservación del vino.
Según una evaluación actualizada del dióxido de azufre (E220) y de los sulfitos (E221-228) realizada por los expertos de la EFSA, la ingesta alimentaria de sulfitos podría suponer un problema de seguridad para quienes consumen gran cantidad de alimentos que contienen estos aditivos. La falta de información relativa a la toxicidad ha hecho que no se hayan podido confirmar los efectos nocivos para la salud.