Los animales son reservorio de la bacteria que causa la fiebre Q, conocida por la ciencia como Coxiella burnetii, pero muchos también sufren las consecuencias de la infección. Además, esta enfermedad puede desencadenar casos graves de hepatitis aguda y neumonía en personas. En algunos pacientes, la fiebre Q puede hacerse crónica y ser la causa de valvulopatías, endocarditis, hepatitis o neumonía crónicas, lo que se conoce como el síndrome de fatiga post-fiebre Q.
Muestras de leche de tanque se recolectaron de 81 rebaños de ovino del País Vasco en 2015 y se analizaron para detectar anticuerpos contra ‘Coxiella burnetii’ mediante Elisa y para el ADN de C. burnetii mediante PCR en tiempo real. El 32% de los rebaños tenían anticuerpos contra ‘C. burnetii’ y a presencia de ADN de ‘C. burnetii’ se detectó en el 23% de los rebaños, lo que sugiere infecciones recientes.
Los animales son reservorio de la bacteria que causa la fiebre Q, conocida por la ciencia como Coxiella burnetii, pero muchos también sufren las consecuencias de la infección. Además, esta enfermedad puede desencadenar casos graves de hepatitis aguda y neumonía en personas. En algunos pacientes, la fiebre Q puede hacerse crónica y ser la causa de valvulopatías, endocarditis, hepatitis o neumonía crónicas, lo que se conoce como el síndrome de fatiga post-fiebre Q.