El gran desarrollo que ha experimentado el cultivo de chopos en todas las áreas en que se encuentran las condiciones idóneas para su práctica se debe a dos factores esenciales: por un lado, el rápido crecimiento de estas especies, que hace posible la obtención de elevadas producciones de madera en turnos relativamente cortos, en comparación con los plazos de aprovechamiento de otras especies forestales; y, por otra parte, la facilidad de reproducción vegetativa de sus individuos. Estas dos características, junto con la posibilidad de hibridación entre especies distintas, determinan un fácil manejo que ha permitido una amplia experimentación y desarrollo de su cultivo, llegando a constituir uno de los grupos más importantes económicamente y más utilizados para la producción de madera de ciertas aplicaciones, especialmente las derivadas del desenrollo de sus troncos. En los últimos años ha resurgido, además, el interés por la producción de biomasa leñosa con fines energéticos, para lo cual los chopos se distinguen por su elevado rendimiento en turnos de muy corta rotación. Tampoco hay que olvidar otras utilizaciones no productoras de los chopos, como son, por ejemplo, su empleo ornamental, como fitorremediación de suelos contaminados por metales pesados u otros residuos o su aplicación en la instalación de alineaciones que actúan de cortinas cortavientos o de delimitación de propiedades. Otra consideración importante es que, con el establecimiento de plantaciones de especies de crecimiento rápido y alto rendimiento se puede obtener gran parte de los productos maderables de un porcentaje reducido de la superficie forestal, lo que permite disminuir la presión sobre los bosques naturales, facilitando el desarrollo de sus funciones protectoras.