Hasta hace nada, en terrenos incultos del estilo de solares urbanos, bordes de los caminos o cunetas, podía verse en abundancia, si uno se tomaba la molestia de fijarse, una hierba que a nivel popular no pasaba de la consideración de hierbajo y hasta de mala hierba: el jaramago.
Hasta hace nada, en terrenos incultos del estilo de solares urbanos, bordes de los caminos o cunetas, podía verse en abundancia, si uno se tomaba la molestia de fijarse, una hierba que a nivel popular no pasaba de la consideración de hierbajo y hasta de mala hierba: el jaramago.