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La merma de los rendimientos en las siembras tardías, que la calidad ha bajado y la importación ya generalizada de patata francesa están echando abajo los precios y la rentabilidad de agricultor castellanoleonés. El tubérculo francés está a entre 15 y 18 céntimos el kilo, al que hay que sumarle otros seis por el transporte, detalla Cosme Catalán, gerente de Interagro de Patatas. Esto implica que el producto de aquí no pueda venderse a más dinero si quiere conservar mercado abierto. Las de más calidad en la región se venden a 15 céntimos.

Entre 1992 y 2013, la superficie de siembra a nivel nacional ha sufrido una caída considerable, pasando de 257.000 a 71.000 hectáreas, lo que habla a las claras de la situación del sector productor. Si en un tiempo se nos consideró "la despensa de Europa", la evidencia es que la incorporación de nuestro país a la UE ha favorecido una paulatina (y literal) invasión de patata de origen principalmente francés en el mercado español que ha acabado arruinando nuestro tejido productivo.