El estudio determina que las raíces podrían ser clave a la hora de buscar nuevos recursos genéticos para mejorar la resistencia de los cultivos al cambio climático. Los investigadores también resaltan la importancia de estudiar el cambio climático como un conjunto complejo de estreses que interactúan unos con otros.
Como si fueran zahoríes capaces de detectar agua bajo tierra, las plantas pueden detectar los nichos de humedad y dirigir sus raíces en la dirección adecuada para encontrar agua
Para investigar esta posibilidad se llevaron a cabo ensayos en dos localidades de campo y en condiciones de invernadero.
En los ensayos de campo, los residuos de raíces de V. faba provocaron reducciones en la densidad y la biomasa total de malas hierbas, afectando tanto a las monocotiledóneas como a las dicotiledóneas.
En los ensayos de invernadero se evaluó el efecto a corto plazo de los residuos de raíces de V. faba sobre maíz y algunas de sus malas hierbas más relevantes.
Los restos radiculares de V. faba afectaron negativamente a la germinación y el crecimiento temprano de las malas hierbas sin afectar al maíz.
Los resultados de ambos ensayos ponen de manifiesto, por primera vez, la contribución de los residuos de raíces de V. faba al control de malas hierbas asociadas al cultivo de maíz.
El profesor de la UCO Rafael Villar participa en el estudio de la variación de los rasgos de la raíz en árboles mediterráneos plantados en un suelo contaminado con metales
Se trata de la compañía Vellsam, que ha conseguido acelerar el crecimiento de las raíces en ensayos con cultivos de pepino y calabacín, recuperándolas después de sufrir daños en momentos críticos de la planta, bien por una fuerte producción o por otras cuestiones fisiológicas o medioambientales, aplicando sus enraizantes bien en líquido o en sólido.
Un estudio español abre la puerta a nuevas investigación en el campo de la Ecología de comunidades de plantas y se estima que supondrá un paso adelante en sus muchas otras aplicaciones
El estudio determina que las raíces podrían ser clave a la hora de buscar nuevos recursos genéticos para mejorar la resistencia de los cultivos al cambio climático. Los investigadores también resaltan la importancia de estudiar el cambio climático como un conjunto complejo de estreses que interactúan unos con otros.