En viñedos, las cubiertas vegetales chafadas con el rolo-faca, o ‘roller crimper’, proporcionan un buen manejo de las malas hierbas, pero su efectividad depende de la especie sembrada y del momento de su finalización. Con este fin se ha realizado un experimento en viñedos (Vitis vinifera) ecológicos ubicados en Raimat (Lleida).

El estudio incluye ocho tratamientos (cuatro especies como cubierta vegetal con dos fechas de pase del ‘roller’) y un control sin cubierta sembrada, siguiendo un diseño en bloques completamente aleatorizados con tres repeticiones. Las especies sembradas a finales de octubre de 2022 fueron avena negra (Avenastrigosa), cebada (Hordeumvulgare), raigrás (Lolium multiflorum) y triticale (×Triticosecale). En primavera, las cubiertas se chafaron con el rodillo en dos fechas distintas (BBCH 75 y 87). A lo largo del estudio se evaluó la presencia de malas hierbas, el recubrimiento del suelo y la producción de biomasa, tanto de la cubierta como de las hierbas estivales. Los resultados obtenidos durante la campaña 2022/23 indican que todas las cubiertas vegetales, excepto el raigrás, mostraron un buen recubrimiento del suelo. El menor porcentaje de recubrimiento de malas hierbas de invierno se encontró en las cubiertas de cebada y triticale. Todas las cubiertas vegetales, especialmente el raigrás, presentaron una reducción de biomasa de hierbas estivales comparado con el testigo. El recubrimiento de estas hierbas en junio no se vio afectado por la fecha de pase de ‘roller’. En julio, dicho recubrimiento fue menor en la segunda fecha de ‘roller’ solo para la cubierta de avena.

La gestión de las malas hierbas en el cultivo de arroz es un problema común a todas las zonas arroceras de España siendo Echinochloa spp. la mala hierba más frecuente y problemática. Por otra parte, se constata una creciente falta de eficacia de las escasas materias herbicidas autorizadas para hacerle frente, en muchos casos por la aparición de resistencias. En este sentido, la rotación de cultivos, en los suelos que sea posible, podría contribuir a mitigar el problema.

En este trabajo se presentan los resultados de la evolución de Echinochloa spp. durante dos años en parcelas de arroz en monocultivo y en parcelas con otros cultivos, pero con precedentes de cultivo de arroz. Estos cultivos fueron, principalmente, raigrás y festuca. Las siegas en la festuca contribuyeron a reducir la densidad de esta especie, pero se encontraron individuos con tamaño pequeño que rebrotan tras la siega y son capaces de producir semillas en algunos de los campos en los que no se ha sembrado arroz durante dos años, lo que sugiere que la rotación deberá ser más larga o más amplia.

La nueva Política Agraria Común (PAC) pretende fortalecer la sostenibilidad ambiental de la producción alimentaria estimulando el uso de los recursos naturales (pastoreo) y la diversificación de los cultivos (pago verde). La depenencia de la importación de soja para la alimentación animal constituye una desventaja en la producción agraria de la UE, por lo que la PAC proporciona apoyo específico al cultivo de leguminosas para incluir en las rotaciones forrajeras con el fin de alcanzar la autosuficiencia protéica de la UE. Las leguminosas tienen un papel importante por su capacidad de fijar nitrógeno en el suelo, que posibilita la reducción de la fertilización química (Rochon et al., 2004) y por su mejor aprovechamiento del agua (Ferreyrolle, 2016). Sin embargo, su utilización como ensilado para el racionamiento animal se ve limitada por su trabajo contenido en carbohidratos y elevada capacidad tampón (Foster et al., 2011), que puede originar problemas durante el proceso fermentativo. Ahora bien, su intercultivo con gramíneas no solo incrementa el rendimiento productivo (Baizán et al., 2015) sino que mejora el proceso de fermentación y mantiene la calidad del ensilado debido a la reducción de la degradación de proteinas (Copani et al., 2014).

El objeto de este estudio fue evaluar la posibilidad de sustituir total o parcialmente el ensilado de raigrás italiano en la alimentación de vacas lecheras por ensilado de haba forrajera sin que afecte a la producción ni a la calidad de la leche, de modo que pueda minimizarse la compra de alimentación externa, especialmente piensos protéicos.