La producción de frutas bajo invernadero data del siglo XVII y aunque en la actualidad este modelo productivo no está muy extendido, puede ser una alternativa interesante y muy rentable para especies de alto valor en áreas en las que la producción hortícola intensiva está perdiendo rentabilidad. La ampliación de los ciclos de cultivo para producir en épocas más favorables, el incremento de la productividad y la calidad y la extensión de las áreas de cultivo, con el uso de los invernaderos, son las claves del éxito. Características específicas de los frutales como su carácter perenne, el tamaño de los árboles o las necesidades de acumular horas de frío para brotar, plantean nuevos retos. En este capítulo se recogen ejemplos de producción en invernadero de cultivos tropicales (plátano y papaya), subtropicales (mango, níspero japonés), mediterráneos (uva de mesa) y de zonas templadas (melocotonero y cerezo)
La presencia de nísperos en el mercado anuncia la llegada de un periodo de transición que va de la fruta de invierno -especialmente cítricos- a la de verano -sobre todo la de hueso-. En apenas 15 días su visibilidad será mucho mayor y estarán en el mejor momento de maduración.