Las colonias de abejas en todo el mundo corren el riesgo de una variedad de amenazas, que incluyen pesticidas, enfermedades, mala nutrición y pérdida de hábitat. Investigaciones recientes sugieren que una amenaza está muy por encima de las otras: un ácaro parásito, Varroa destructor, que se especializa en atacar a las abejas.
Los apicultores de la principal zona productora en Castilla y León han confirmado que los tratamientos químicos para combatir el ácaro de la varroa, uno de los mayores causantes de la mortandad de las abejas, tienen que modificarse cada tres o cuatro años porque el parásito se inmuniza.
Las colonias de abejas en todo el mundo corren el riesgo de una variedad de amenazas, que incluyen pesticidas, enfermedades, mala nutrición y pérdida de hábitat. Investigaciones recientes sugieren que una amenaza está muy por encima de las otras: un ácaro parásito, Varroa destructor, que se especializa en atacar a las abejas.