En España, según datos oficiales del MAGRAMA (2014), en torno al 50% de las novillas tienen su primer parto con más de tres años. Esto es debido, en parte, a la creencia de que un primer parto más temprano tiene consecuencias negativas tanto para el crecimiento de la novilla como para su futuro rendimiento productivo y reproductivo. Sin embargo, sería necesario adelantar el primer parto para reducir el tiempo improductivo de las vacas, puesto que la productividad en vacuno de carne depende en gran medida de su vida útil. Ésta comienza con el inicio de la pubertad, que depende tanto de factores genéticos, como la raza (siendo las razas cárnicas menos precoces que las lecheras) como ambientales (especialmente la nutrición, que condiciona el crecimiento). Desde el destete hasta la primera cubrición (periodo de recría) las novillas deberían tener un manejo nutricional diferente al resto del rebaño, que les permita llegar púberes al inicio de la época de cubrición, para mejorar su fertilidad en la primera cubrición y adelantar así el primer parto.
El objetivo de este ensayo fue analizar el efecto de dos ritmos de crecimiento durante la recría (0,7 vs. 1,0 kg/d), así como el efecto de la raza (Parda de Montaña vs. Pirenaica), sobre la entrada en pubertad y la fertilidad obtenida con inseminación artificial a tiempo fijo a los 15 meses de edad.