El control biológico supone la producción y suelta en masa de enemigos naturales, como parasitoides y depredadores, para combatir a los insectos causantes de plagas de manera respetuosa con el medio ambiente. La técnica está muy extendida en los cultivos hortícolas, de hecho, el 80% de la superficie invernada de Almería utiliza el control biológico, y de cara a los cultivos de primavera, se considera la mejor opción para el control de plagas.
Tras conseguir que la Conselleria de Agricultura reparta más de 2,5 millones de trampas y pague la mitad del tratamiento, el objetivo es lograr que no cueste más y que los distribuidores tengan el mismo precio final
Un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), la Universitat Politècnica de València y la Universidad de Wageningen (Países Bajos) demuestra que los parasitoides, avispillas parasíticas utilizadas en los programas de control biológico para el control de plagas como pulgones, cochinillas o moscas blancas, utilizan el rastro que dejan las hormigas para detectar su presencia y evitar ser atacados por las hormigas.
El control de hormigas adquiere especial importancia en la lucha biológica contra el micropulgón o pulgón del algodón (Aphys gossypii), una plaga que tiene especial incidencia en los cultivos bajo plástico. Este pulgón, el de menor tamaño de los que habitualmente se encuentran en los cultivos hortícolas de invernadero, se desplaza muy poco y acostumbra a concentrarse en pequeños focos donde genera grandes cantidades de melaza, que a su vez atrae poderosamente a las hormigas.
Símbolo de la buena suerte en muchas culturas, con multitud de especies distintas de múltiples colores, diferente cantidad de puntos en sus alas o incluso sin ellos, la familiar mariquita, además de ser un simpático insecto, ha resultado también un magnífico aliado de las técnicas de cultivo más sostenibles.
Las hormigas no han sido tradicionalmente objeto de estudio de la entomología agraria, sin embargo desempañal un rol importante como predadores de otros insectos que en unos casos son colaboradores de la lucha biológica y en otros casos son dañinos para los cultivos. En esta interesante publicación de la serie que destina a la transferencia de conocimiento Francisco José salvador analiza el papel de las seis especies de hormigas existentes en los invernaderos asistentes, de las que Tapinoma Nigerrimun tiene un interés especial pues interfiere la lucha biológica.