Ambas parcelas poseían distintas características del suelo, una, con suelo más arenoso y muy pobre en nutrientes (SP) y otra, con suelo menos arenoso y más rica en nutrientes (SR).
En el ahijamiento de la cebada, debido a una mayor facilidad inicial de su crecimiento hubo más biomasa del cultivo en SP que en SR. En este tiempo la población de malas hierbas estuvo relacionada con el historial de las diferentes actividades agronómicas llevadas a cabo en las parcelas. Sin embargo, durante el espigado de la cebada la biomasa producida fue superior en SR que en SP., ocurriendo lo contrario con la biomasa de las malas hierbas. Existió siempre un dominio de la presencia de especies infestantes monocotiledóneas sobre las dicotiledóneas. En el suelo más fértil (SR) la cebada se mostró finalmente más competitiva contra las malas hierbas que en suelo pobre.
Se calcula que hace unos 10.500 años, el cultivo doméstico de cereales: trigo (Triticum spp.) y avena (Hordeum vulgare), principalmente, se propagó desde el próximo Oriente hacia el este –centro y sur de Asia– y hacia el oeste –Europa, cuenca mediterránea y norte de África–.
Ambas parcelas poseían distintas características del suelo, una, con suelo más arenoso y muy pobre en nutrientes (SP) y
otra, con suelo menos arenoso y más rica en nutrientes (SR).
En el ahijamiento de la cebada, debido a una mayor facilidad inicial de su crecimiento hubo más biomasa del cultivo en SP que en SR. En este tiempo la población de malas hierbas estuvo relacionada con el historial de las diferentes actividades agronómicas llevadas a cabo en las parcelas. Sin embargo, durante el espigado de la cebada la biomasa producida fue
superior en SR que en SP., ocurriendo lo contrario con la biomasa de las malas hierbas. Existió siempre un dominio de la presencia de especies infestantes monocotiledóneas sobre las dicotiledóneas. En el suelo más fértil (SR) la cebada se mostró finalmente más competitiva contra las malas hierbas que en suelo pobre.