Este sábado, 17 de junio, se celebró el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, un intento de sensibilizar, concienciar, llamar la atención y señalar que existe un problema sin resolver, el de la desertificación y la sequía.
En las últimas décadas administraciones y profesionales no han parado de buscar soluciones al problema, investigando y probando técnicas que permitan, por ejemplo, reforestar y regenerar las especies arbóreas, así como mejorar la gestión de agua, mediante el ahorro, la reutilización de las aguas depuradas, almacenamiento del agua de lluvia, desalinización o, en su caso, mediante el ahorro, la reutilización de las aguas depuradas, almacenamiento el suelo a través de la regeneración de de la cubierta vegetal o abonos naturales para aumentar la capacidad de retención de agua del suelo.
Los datos son contundentes. En España, el 95% de los agricultores y ganaderos tienen más de 35 años. Para 2020 hay previstas 4,5 millones de jubilaciones en el campo y según algunos expertos el envejecimiento de la población en las zonas rurales se ha convertido en un "problema crónico" que pone en peligro la continuidad del sector agrario.
El propio Ministerio de Agricultura se ha marcado como reto para el periodo 2014-2020 la incorporación de más de 15.000 jóvenes a la agricultura, con el doble objetivo de crear empleo y rejuvenecer el sector agrícola. Desde las organizaciones agrarias siguen insistiendo en que necesitamos nuevos agricultores y que debemos implantar mejores políticas para atraer a los jóvenes al campo. Pero, ¿por qué ser agricultor no es una profesión de moda?
Según el informe "Aimentación y bebidas: tendencias 2016", la industria de alimentación y bebidas se erige como el primer sector industrial de Esaña con una facturación que alcanza los 95.000 millones de euros, aporta e 2.7% del Valor Agregado Bruto total de la economía y genera cerca de 470.000 puestos de trabajo directos.
Este informe refleja la opinión de directivos de empresas productoras de la industria alimentaria y de bebidas sobre los retos que afronta el sector y sus expectativas a corto y medio plazo.
Este sábado, 17 de junio, se celebró el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, un intento de sensibilizar, concienciar, llamar la atención y señalar que existe un problema sin resolver, el de la desertificación y la sequía.
En las últimas décadas administraciones y profesionales no han parado de buscar soluciones al problema, investigando y probando técnicas que permitan, por ejemplo, reforestar y regenerar las especies arbóreas, así como mejorar la gestión de agua, mediante el ahorro, la reutilización de las aguas depuradas, almacenamiento del agua de lluvia, desalinización o, en su caso, mediante el ahorro, la reutilización de las aguas depuradas, almacenamiento el suelo a través de la regeneración de de la cubierta vegetal o abonos naturales para aumentar la capacidad de retención de agua del suelo.
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