Albina Sanz y Agusti Noya, investigadores del Departamento de Ciencia Animal, dieron a conocer los resultados de sus proyectos de investigaciones en relación con el manejo de la vaca nodriza
La consejera de Ciencia y Universidad ha visitado la finca experimental y ha llamado a seguir apoyando desde la innovación la agroganadería de montaña, clave para mantener la biodiversidad , asentar población y producir alimentos de calidad
El monte accidentado no se puede cultivar. Sus calidades deben ser altas (selvas) para su exclusivo aprovechamiento forestal. Rendimientos con más rápido reciclado económico y con más producto vendible del capital suelo, deben recurrir a la utilización ganadera. Son muy pocas las razas, incluso las más rústicas, capaces de resistir oscilaciones alimentarias amplias. Las razas empleadas en dicha producción han de ser bien elegidas y estar bien adaptadas a los recursos del monte.
Sin duda alguna, el vacuno pirenaico se presta a una gestión extensiva, productora de carne sana; fomentando al mismo tiempo una respuesta interesante al cebado o recrío, apoyado en cultivos escasos de montaña. Pero también es verdad que requiere cuidados mínimos, compensando las veleidades climáticas estacionales, las fases críticas de su ciclo de crecimiento y las alteraciones de producción interanual.
Albina Sanz y Agusti Noya, investigadores del Departamento de Ciencia Animal, dieron a conocer los resultados de sus proyectos de investigaciones en relación con el manejo de la vaca nodriza