Se trata del único análisis europeo que permite localizar y cuantificar la mayoría de organismos modificados genéticamente no autorizados por la legislación comunitaria, así como los que están autorizados hasta ciertos niveles.
Una investigación demuestra que la modificación genética también se produce en la naturaleza, se ha descubierto que en el genoma de las batatas se integra material genético de la bacteria Agrobacterium y que este fue introducido hace miles de años, por lo que se considera a la batata un alimento transgénico natural.
La etiqueta que identifica a los alimentos producidos a partir de organismos genéticamente modificados (OGM) está siendo foco de debate en EE.UU, sin embargo, la decisión de compra se basa particularmente en el precio, según lo acota el NPD Group, una firma de investigación en el sector.
Factor GMO es un proyecto subvencionado con 25 millones de dólares, cuya finalidad es desarrollar un estudio a largo plazo sobre la seguridad de los alimentos transgénicos. La investigación se iniciará el año que viene y tendrá una duración de tres años, se pretende aclarar si los alimentos modificados genéticamente y los plaguicidas asociados son seguros para los seres humanos.
Se trata del único análisis europeo que permite localizar y cuantificar la mayoría de organismos modificados genéticamente no autorizados por la legislación comunitaria, así como los que están autorizados hasta ciertos niveles.