Un grupo de investigación desarrolla nuevos modelos basados en aprendizaje automático para predecir con una semana de antelación estimaciones que permiten conocer las necesidades hídricas de los cultivos, a través de un nuevo algoritmo que a diferencia de otros desarrollados hasta la fecha necesita menos variables meteorológicas.
Los escenarios previstos para la producción agraria en los próximos años obligan a optimizar la eficiencia del regadío en todos los aspectos, con una menor intervención humana, menos consumo de agua, y mínimo gasto energético. Para lograrlo hay 4 caminos básicos: selección varietal hacia plantas que necesiten menos agua, optimización de las redes, organización precisa y automática de la aplicación, y ajuste máximo de las dosis.
Esos objetivos no son nuevos, siempre han sido la aspiración de cualquier buen regante, pero las circunstancias actuales, con la ayuda de herramientas digitales y de la inteligencia artificial, ofrecen una perspectiva clara para conseguirlos de manera absoluta, con la mayor precisión y la máxima eficiencia económica y ambiental.
Interempresas prepara una jornada técnica en la próxima edición de Smagua para reflexionar sobre las oportunidades que la digitalización ofrece en el desarrollo de esos regadíos del futuro. Empresas, técnicos y agricultores avanzan ya a un ritmo acelerado, y queremos analizar a fondo las mejores tecnologías disponibles y las experiencias más innovadoras, examinando los retos que hay que afrontar y los avances que se van consiguiendo tanto en la agricultura extensiva centrada en el riego por aspersión, donde las variables y la incertidumbre de los factores que se manejan es mayor, como en la agricultura intensiva de riego por goteo, donde la posibilidad de un control total y absoluto de los procesos es muy superior.
Los cultivos de regadío pueden llegar a incrementar entre un 10% y un 20% anual su consumo de agua como consecuencia del impacto del cambio climático en su rendimiento natural. La afirmación es de Andrés del Campo, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore).
La agricultura absorbe una enorme cantidad de agua en toda Europa. Para optimizar el consumo y reducir costes, el proyecto ENORASIS ha generado un sistema de sensores inalámbricos y válvulas hídricas con el que controlar la necesidad de riego de los cultivos.