El Instituto Tecnológico y Agrario de Castilla y León (Itacyl) desarrolló dos programas informáticos que no sólo ayudarán a gastar menos, sino que incrementarán la productividad de sus explotaciones hasta un 20 por ciento, en el caso del maíz.
Se trata de un exclusivo sensor de bajo coste, basado en un circuito electrónico impreso, que hace posible monitorizar las condiciones del suelo y el medio ambiente en tiempo real.
La agricultura absorbe una enorme cantidad de agua en toda Europa. Para optimizar el consumo y reducir costes, el proyecto ENORASIS ha generado un sistema de sensores inalámbricos y válvulas hídricas con el que controlar la necesidad de riego de los cultivos.
Conseguir un ahorro de hasta el 30 por ciento en el uso de agua, energía y fertilizantes en diferentes cultivos agrícolas como cítricos, maíz, algodón, patata y vid, es el objetivo del proyecto europeo Fígaro, cuyos principales avances se presentarán esta semana en Valencia.
El estadio Santiago Bernabéu se llenaría con los mil millones de litros de agua ahorrados en el entorno del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel gracias al proyecto “Misión Posible: conservar el agua de La Mancha” de WWF y Coca-Cola Iberia.
Un nuevo desarrollo tecnológico para cultivo en invernaderos que permitirá optimizar el consumo de agua y asegurar su disponibilidad para el proceso, es el objetivo de un proyecto que cofinancia la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y que desarrolla la empresa Blue Power Projects, en base a la idea del estudiante de diseño industrial de la Universidad de Valparaíso, Rodrigo Godoy.
El trabajo de los departamentos de Ingeniería Rural y Agroalimentaria y Física Aplicada, financiado por Técnicas Valencianas del Agua S.A. (Tecvasa) y la Generalitat, se llevó a cabo en una parcela en la comunidad de regantes de la localidad valenciana de Senyera durante cinco campañas consecutivas, ha informado la UPV en un comunicado.
El Instituto Tecnológico y Agrario de Castilla y León (Itacyl) desarrolló dos programas informáticos que no sólo ayudarán a gastar menos, sino que incrementarán la productividad de sus explotaciones hasta un 20 por ciento, en el caso del maíz.