Esta semana empiezan a comercializarse las patatas más tempranas de España cultivadas en Málaga lñas cuales, aunque todavía no suponen un volumen importante en el mercado, continúa creciendo su superficie. Así pues, las previsiones apuntan a que, a principios del próximo mes de mayo dará inicio la recolección de patata con volúmenes importantes en el resto de Andalucía y Cartagena.
España puede a veces ser un país de contradicciones. Mientras compramos patata de conservación que se mantiene artificialmente durante hasta 9 meses a baja temperatura a Francia, el extranjero nos reclama nuestra patata nueva de temporada, un producto muy valorado por el mercado internacional por sus bondades gastronómicas y nutricionales.
Entre 1992 y 2013, la superficie de siembra a nivel nacional ha sufrido una caída considerable, pasando de 257.000 a 71.000 hectáreas, lo que habla a las claras de la situación del sector productor. Si en un tiempo se nos consideró "la despensa de Europa", la evidencia es que la incorporación de nuestro país a la UE ha favorecido una paulatina (y literal) invasión de patata de origen principalmente francés en el mercado español que ha acabado arruinando nuestro tejido productivo.
Esta semana empiezan a comercializarse las patatas más tempranas de España cultivadas en Málaga lñas cuales, aunque todavía no suponen un volumen importante en el mercado, continúa creciendo su superficie. Así pues, las previsiones apuntan a que, a principios del próximo mes de mayo dará inicio la recolección de patata con volúmenes importantes en el resto de Andalucía y Cartagena.