El sector apícola de COAG estima una reducción de cosecha de miel entre el 40 y el 50% por los efectos de la sequía y las pérdidas provocadas por el abejaruco. La menor presencia de insectos por la escasa floración y la ausencia de charcas ha convertido a las abejas melíferas en el principal alimento de esta ave migratoria. Además, las bandadas de abejarucos acuden a cazar abejas a los colmenares próximos y su canto espanta a las abejas, que se quedan sin salir, en el interior de las colmenas. Este comportamiento es peligroso para las colmenas a finales del verano ya que las abejas no salen hasta que los abejarucos desaparecen, perdiendo las mejores horas de pecoreo, lo que disminuye la cría y, por tanto, merma la población que ha de invernar.
La Unión Europea (UE) comenzó a moverse esta semana para frenar el grave declive de las abejas por la exposición a los pesticidas al avanzar hacia un objetivo común de protección de las colmenas, después de años de inacción por las discrepancias entre los países.
La profesora Patricia Combarros y el apicultor leonés Urbano González colaboran con un proyecto que busca solución al problema que provoca el ácaro varroa destructor.
Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UN) estudiaron métodos de cosecha y poscosecha de la miel de abejas sin aguijón. Esto con el objetivo de mejorar la calidad de este producto que, dados sus parámetros fisicoquímicos, no permite ver cuándo está en descomposición, ocasionando malestares estomacales a los consumidores.
Los patógenos, que afecta a la población de las colmenas, se podrían contagiar cuando ambos insectos polinizan las mismas plantas, revelaron investigadores argentinos
El ozono ya utilizado para desinfectar el agua potable y las piscinas también podría ayudar a mantener más limpias y más seguras las colmenas para las abejas de miel, según los resultados de pruebas preliminares de laboratorio por entomóloga Rosalind R. James.
Los apicultores del Campo de Cartagena han comunicado a COAG la mortandad en las colmenas a causa de los tratamientos que se están efectuando en los cultivos de cítricos por una mala práctica agrícola "que está produciendo este grave daño", informa la organización agraria.
El sector apícola de COAG estima una reducción de cosecha de miel entre el 40 y el 50% por los efectos de la sequía y las pérdidas provocadas por el abejaruco. La menor presencia de insectos por la escasa floración y la ausencia de charcas ha convertido a las abejas melíferas en el principal alimento de esta ave migratoria. Además, las bandadas de abejarucos acuden a cazar abejas a los colmenares próximos y su canto espanta a las abejas, que se quedan sin salir, en el interior de las colmenas. Este comportamiento es peligroso para las colmenas a finales del verano ya que las abejas no salen hasta que los abejarucos desaparecen, perdiendo las mejores horas de pecoreo, lo que disminuye la cría y, por tanto, merma la población que ha de invernar.