La Comisión ha adoptado a día de hoy la restricción del uso de tres plaguicidas pertenecientes a la familia de los neonicotinoides. Se ha demostrado que dichos plaguicidas (clotianidina, imidacloprid y tiametoxam) son perjudiciales para la población europea de abejas melíferas.
Las abejas son fundamentales para la polinización de las flores y resultan necesarias para la sostenibilidad de la agricultura en todo el mundo. Un estudio de la Universidad de Newcastle y el Trinity College de Dublín ha descubierto que estos pequeños animales –que están en peligro de extinción– se sienten atraídos por el néctar que contiene pesticidas.
En menos de 20 años, los neonicotinoides se han convertido en la clase de pesticidas más ampliamente utilizada. Se usan en más de 120 países en más de 1.000 cultivos y aplicaciones, y representan al menos una cuarta parte del mercado de insecticidas del mundo, afirma la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La Asociación Valor Ecológico se ha sumado a la solicitud al ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, para que apoye la propuesta de la Comisión Europea de prohibir parcialmente tres pesticidas neonicotinoides por su riesgo para las abejas.
El Gobierno adoptará una posición alineada con la Unión Europea (UE) y no tomará medidas de carácter unilateral sobre el uso de los plaguicidas neonicotinoides y fenilpirazoles en España, que, según diversos estudios, provocan la disminución del número de abejas y el colapso de las colonias.
Greenpeace, Ecologistas en Acción y la organización agraria COAG han exigido hoy a la Unión Europea la retirada de los plaguicidas neonicotinoides, que afectan al sistema nervioso de las abejas y dejan residuos en el néctar y el polen de las flores de los cultivos tratados.
Los virus, el clima, los fitosanitarios, y el abuso del hombre son las principales amenazas a las que se enfrentan, desde hace tres décadas, las abejas, un insecto con fama de obrero infatigable, pero que hoy precisamente vive un momento bastante fatigoso, inmerso en un lento proceso de extinción.
La miel, ese dulce néctar que las abejas nos brindan y que tan bien nos viene para cargar energías.Ya sea en caramelos, con un poco de leche caliente o incluso acompañando nuestros platos favoritos, como pollo o carne. La miel siempre es una buena opción. Pero, ¿y si nos quedásemos sin ella?
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) declaró hoy como neurotóxicos para los humanos a dos insecticidas noenicotinoides: acetamiprid y imidacloprid, para los que ha propuesto una suspensión temporal de su uso en la Unión Europea a la espera de estudios más "robustos" sobre sus efectos.
De repente todo el mundo parece preocupado por las abejas. Desde hace años se denuncia la disminución del número de ejemplares en todo el mundo. La Comisión Europea se ha metido en el asunto, provocando reacciones de todo tipo. Mientras, las abejas siguen zumbando. Aunque cada vez menos.
En 2006 saltó la alarma: colonias enteras de abejas de la miel se desvanecen sin dejar rastro. Sin ellas, muchos de nuestros alimentos desaparecerían, y con ellos, nuestra forma de vida. Los expertos estudian cuáles son las causas que ponen su existencia en peligro.